domingo, 30 de diciembre de 2012

Buenos son turrones...



Viene al caso en estas fiestas navideñas que todos cogemos con muchas ganas y después de Navidad, estamos deseando que terminen ya!

No es normal, no, no lo es. No ves a tu familia toda junta (que no unida) en todo el año o si lo es, es esporádicamente y llegan las fiestas de Navidad y todos nos volvemos locos. Locos con los regalos (pocos o ninguno este año), locos por vernos con hermanos, cuñados, parejas, sobrinos, abuelos, tios...locos por comer todos juntos y ver qué tal le va a cada uno y luego te encuentras un percal que podría haberlo dirigido Tarantino.

Alguien (que podría ser yo) no saca la recortada por no ofender, otro que no se habla con aquel, aquel que ni escucha al otro, el otro que sólo bebe y habla para cagarla, sin más. Y a todo ésto, estás ahí, con la cara embadurnada en potingues que no te pones en todo el año y encima te dicen lo mal que te queda... es un no parar.

Y a todo esto, el alcohol en la mesa, el jefe. Se empieza con las típicas cervecitas con el picoteo, pasamos al vino con la INTERMINABLE y EXAGERADA comida que podría alimentar a Sudáfrica entera, pasamos a los licores con el café (que no tomas café? pues hoy sí, que lleva alcohol) y terminamos con los cubatas. Y así nos va.

A medida que van pasando las horas, el volumen de voz se eleva, el alcohol corre como por las venas de Ramoncín... vamos, que los turrones no los prueba ni Dios y piensas "cada año lo mismo, no sé ni para qué vengo", pero ahí estás, porque no es lo mismo sin la familia.

Esa familia que parecen Los Corleone pero a lo bruto, y siguen pasando los años, las fiestas y la Noche Vieja que nos queda. Que con quien vas? Ya no estás en edad de salir ni de pagar nada, has celebrado las Navidades con X, pues te toca el fin de año con Y. Y que no termina oye... con las ganas que había puesto yo el árbol el 1 de Diciembre y mira cómo me veo hoy, deseando que los gatos lo tiren al suelo por fin y prenderle fuego.

En fin, que sí, que son fiestas de FAMILIA y hay que seguir la tradición, porque mientras haya familia, por muy "rara" que sea la tuya (o quizá eres tú el adoptado) hay que estar, que total... son dos días, largos, pero dos.

Y no olvides la familia de tu pareja... que aunque no moleste, ahí está, como la tuya, haciendo chantaje emocional.

Estas fechas, estas comidas, cenas y reuniones familiares me recuerdan tanto a la "Cena de los idiotas"... pero quiero a mi familia, a la mía y a la política, porque dan vidilla y en los momentos donde todos tus "amigos" están escondidos, siempre dan la talla y se mueven lo que haga falta, osea, que a celebrarlo con ellos, que si tenemos la misma sangre, no valen transfusiones.

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